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Mario Benedetti - Cáscara y nada

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La frase de la imagen NO pertenece
a Mario Benedetti.


A veces el futuro es un sueño cerrado
y uno arroja la llave al precipicio
el corazón a veces nos despierta a los gritos
y uno se vuelve sordo de ternura

a veces es preciso que se nos caiga el cielo
para saber todo lo que nos falta
para inventar el surco del insomnio
para quedarse a solas con el mundo.

Casi siempre es la hora de la verdad vacía
sólo cáscara y nada
Dios inmóvil
es el temor recién amanecido
y ya opaco de veras
ya de veras maldito.
A veces el futuro es una noche sola
y uno gasta la urgencia en llegar a dormirse.



Mario Benedetti - Nunca la mirada

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La frase de la imagen NO pertenece
a Mario Benedetti.


Hace tanto que pasé mi ecuador
los años bajan como rompehielos
traen edictos nada promisorios
el pellejo es conciso y elocuente
tiene arrugas y manchas desgarbadas
lunares sospechosos y en capilla
es archivo de tactos y contactos
registra las caricias
dadas y recibidas
fue tieso y joven
eso dicen
la luna asoma
la creciente
la de los locos y murciélagos
creciente sólo para recordármelo
hace ya tantas lunas
que pasé mi ecuador

los ojos cambian
nunca la mirada


Mario Benedetti - No estoy

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La frase de la imagen NO pertenece
a Mario Benedetti.


No estoy por favor digan que no estoy
por una vez en tres semanas
quiero meterme en mis paredes
solo y al aire / sin pedidos
sin exigencias de ocasión

por favor digan que no estoy
y que no estaré mañana
quiero llegar a la soledad
y quedarme en ella por un tiempo
yo y mi conciencia / desprovistos
de los escrúpulos del mundo
y a lo mejor volver un día
que no figura en mi almanaque


Mario Benedetti - Cuerpo docente

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La frase de la imagen
NO pertenece a Mario Benedetti.


Bien sabía él que la iba a echar de menos
pero no hasta qué punto iba a sentirse deshabitado
no ya como un veterano de la nostalgia
sino como un mero aprendiz de la soledad

es claro que la civilizada preventiva cordura
todo lo entiende y sabe que un holocausto
puede ser ardua pero real prueba de amor
si no hay permiso para lo imposible

en cambio al cuerpo
como no es razonable sino delirante
al pobrecito cuerpo
que no es circunspecto sino imprudente
no le van ni le vienen esos vaivenes
no le importa lo meritorio de su tristeza
sino sencillamente su tristeza

al despoblado desértico desvalido cuerpo
le importa el cuerpo ausente o sea le importa
el despoblado desértico desvalido cuerpo ausente
y si bien el recuerdo enumera con fidelidad
los datos más recientes o más nobles
no por eso los suple o los reemplaza
más bien le nutre el desconsuelo

bien sabía él que la iba a echar de menos
lo que no sabía era hasta qué punto
su propio cuerpo iba a renegar de la cordura

y sin embargo cuando fue capaz
de entender esa dulce blasfemia
supo también que su cuerpo era
su único y genuino portavoz.


Mario Benedetti - Te quiero

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Los mejores poemas y frases
de Mario Benedetti.


Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos


tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro

tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero

y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola

te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.



Mario Benedetti - Eterno

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La frase de la imagen NO pertenece
 a Mario Benedetti.


Cuando no tenga manos
ni sexo
ni pulmones
ni mirada
y con un deleznable tinguiñazo
estos labios se vuelvan
ceniza
o aserrín
aspiraré a quedarme
sin embargo
en una voz tan breve
de una sola palabra que podría ser No
o Dios
o Cuándo

o más probablemente
un hipo
sin memoria.


Juan Gelman - Alza tus brazos

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Los mejores poemas y frases
de Juan Gelman.


Alza tus brazos,
ellos encierran a la noche,
desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.

Que la noche nos cubra con una campana,
que suene suavemente a cada golpe del amor.

Entiérrame la sombra, lávame con ceniza,
cávame del dolor, límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.

Tú destruyes el mundo para que esto suceda
tu comienzas el mundo para que esto suceda.



Eduardo Galeano - Las tradiciones futuras

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Los mejores relatos y frases
de Eduardo Galeano.


 Hay un único lugar donde ayer y hoy se encuentran y se reconocen y se abrazan, y ese lugar es mañana.

 Suenan muy futuras ciertas voces del pasado americano muy pasado. Las antiguas voces, pongamos por caso, que todavía nos dicen que somos hijos de la tierra, y que la madre no se vende ni se alquila. Mientras llueven pájaros muertos sobre la ciudad de México, y se convierten los ríos en cloacas, los mares en basureros y las selvas en desiertos, esas voces porfiadamente vivas nos anuncian otro mundo que no es este mundo envenenador del agua, el suelo, el aire y el alma.

 También nos anuncian otro mundo posible las voces antiguas que nos hablan de comunidad. La comunidad, el modo comunitario de producción y de la vida, es la más remota tradición de las Américas, la mas americana de todas: pero también pertenecen a los tiempos que vienen y presiente un nuevo Nuevo Mundo. Porque nada hay menos foráneo que el socialismo en estas tierras nuestras. Foráneo es, en cambio, el capitalismo: como la viruela, como la gripe, vino de afuera.


Joaquín Sabina - Princesa

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Esta frasepertenece a la canción
"Amor se llama el juego" de Joaquín Sabina.


Entre la cirrosis y la sobredosis
andas siempre muñeca,
con tu sucia camisa
y en lugar de sonrisa
una especie de mueca.

Cómo no imaginarte,
cómo no recordarte
hace apenas dos años;
cuando eras la princesa
de la boca de fresa,
cuando tenías aún esa
forma de hacerme daño.

Ahora es demasiado tarde, princesa.
Búscate otro perro que te ladre, princesa.

Maldito sea el gurú,
que levantó entre tú
y yo un silencio oscuro,
del que ya solo sales
para decirme:
"Vale, déjame veinte duros".

Ya no te tengo miedo
nena, pero no puedo
seguirte en tu viaje.
Cúantas veces hubiera
dado la vida entera
porque tú me pidieras
llevarte el equipaje.

Tú que sembraste en todas
las islas de la moda
las flores de tu gracia,
cómo ibas a perderte
la aventura de una muerte
con asalto a farmacia.

Con qué ley condenarte
si somos juez y parte
todos de tus andanzas.
Sigue con tus movidas
pero no pidas
que me pase la vida
pagándote fianzas.



Pablo Neruda - Ausencia

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Esta frase pertenece al poema
"Amor" de Pablo Neruda.


Apenas te he dejado,
vas en mí, cristalina
o temblorosa,
o inquieta, herida por mí mismo
o colmada de amor, como cuando tus ojos
se cierran sobre el don de la vida
que sin cesar te entrego.
.
Amor mío,
nos hemos encontrado
sedientos y nos hemos
bebido toda el agua y la sangre,
nos encontramos
con hambre
y nos mordimos
como el fuego muerde,
dejándonos heridas.
.
Pero espérame,
guárdame tu dulzura.
Yo te daré también
una rosa.



Bebe - Razones

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Las mejores canciones y frases
de Bebe.


Te echo de menos (le digo al aire),
te busco, te pienso, te siento
y siento que como tú no habrá nadie.
Y aquí te espero, con mi cajita de la vida,
cansada, a oscuras, con miedo
y este frío nadie me lo quita.

Tengo razones para buscarte,
tengo necesidad de verte, de oirte, de hablarte.
Tengo razones para esperarte,
porque no creo que haya en el mundo
nadie más a quien ame.
Tengo razones, razones de sobra,
para pedirle al viento que vuelvas
aunque sea como una sombra.
Tengo razones para no quererte olvidar,
porque el trocito de felicidad
fuiste tú quien me lo dio a probar.

El aire huele a ti,
mi casa se cae porque no estás aquí,
mis sábanas, mi pelo, mi ropa, te buscan a ti.
Mis pies son como cartón,
que voy arrastrando por cada rincón,
mi cama se hace fría y gigante
y en ella me pierdo yo.

Mi cama se vuelve a caer,
mis flores se mueren de pena,
mis lágrimas son charquitos
que caen a mis pies.

Te mando besos de agua
que hagan un hueco en tu calma,
te mando besos de agua
pa' que bañen tu cuerpo y tu alma,
te mando besos de agua
para que curen tus heridas,
te mando besos de agua
de esos con los que tanto te reías.




Eduardo Galeano - Puntos de vista

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Los mejores relatos y frases
de Eduardo Galeano.


Desde el punto de vista de una lombriz, un plato de espaguetis es una orgía.
***
Desde el punto de vista de Hipócrates, Galeno, Maimónides y Paracelso, existía una enfermedad llamada indigestión, pero no existía una enfermedad llamada hambre.
***
Desde el punto de vista de sus vecinos del pueblo de Cardona, el Toto Zaugg, que andaba con la misma ropa en verano y en invierno, era un hombre admirable:
-El Toto nunca tiene frío -decían.
Él no decía nada. Frío tenia, pero no tenia abrigo.
***
Desde el punto de vista del búho, del murciélago, del bohemio y del ladrón, el crepúsculo es la hora del desayuno.
***
Desde el punto de vista del nativo, el pintoresco es el turista.
***
Desde el punto de vista de los indios de las islas del mar Caribe, Cristóbal Colón, con su sombrero de plumas y su capa de terciopelo rojo, era un papagayo de dimensiones jamás vistas.
***
Desde el punto de vista del oriente del mundo, el día del occidente es noche.
***
En la Europa antigua, el negro, color de la tierra fecunda, era el color de la vida, y el blanco, color de los huesos, era el color de la muerte.
***
Según los viejos sabios de la región colombiana del Chocó, Adán y Eva eran negros y negros eran sus hijos Caín y Abel.
Cuando Caín mató a su hermano de un garrotazo, tronaron las iras de Dios. Ante las furias del Señor, el asesino palideció de culpa y miedo, y tanto palideció que blanco quedó hasta el fin de sus días. Los blancos somos, todos, hijos de Caín.
***
Si Eva hubiera escrito el Génesis, ¿cómo sería la primera noche de amor del género humano?
Eva hubiera empezado por aclarar que ella no nació de ninguna costilla, ni conoció a ninguna serpiente, ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios nunca le dijo que parirás con dolor y tu marido te dominará. Que todas esas son puras mentiras que Adán contó a la prensa.
***
Si las Santas Apóstolas hubieran escrito los Evangelios, ¿cómo sería la primera noche de la era cristiana?
San José, contarían las Apóstolas, estaba de mal humor. Él era el único que tenía cara larga en aquel pesebre donde el niño Jesús, recién nacido, resplandecía en su cuna de paja. Todos sonreían: la Virgen María, los angelitos, los pastores, las ovejas, el buey, el asno, los magos venidos del Oriente y la estrella que los había conducido hasta Belén de Judea.
Todos sonreían, menos uno.
San José, sombrío, murmuró:
-Yo quería una nena.
***
En la selva, ¿llaman ley de la ciudad a la costumbre de devorar al más débil?

Silvio Rodríguez - Escaramujo

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Las mejores canciones y frases
de Silvio Rodríguez.


¿Por qué la tierra es mi casa?
¿Por qué la noche es oscura?
¿Por qué la luna es blancura
que engorda como adelgaza?
¿Por qué una estrella se enlaza

con otra, como un dibujo?
Y ¿por qué el escaramujo
es de la rosa y del mar?
Yo vivo de preguntar,
saber no puede ser lujo.

El agua hirviente en puchero
suelta un ánima que sube
a disolverse en la nube
que luego será aguacero.
Niño soy tan preguntero,
tan comilón del acervo,
que marchito si le pierdo
una contesta a mi pecho.
Si saber no es un derecho,
seguro será un izquierdo.

Yo vine para preguntar
flor y reflujo.
Soy de la rosa y de la mar,
como el escaramujo.

Soy aria, endecha, tonada,
soy Mahoma, soy Lao-Tsé,
soy Jesucristo y Yahvé,
soy la serpiente emplumada,
soy la pupila asombrada
que descubre como apunta,
soy todo lo que se junta
para vivir y soñar.
Soy el destino del mar,
soy un niño que pregunta.


Mario Benedetti - A ras del sueño

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Los mejores poemas y frases
de Mario Benedetti.


Sólo una temporada provisoria,
tatuaje de incontables tradiciones,
oscuro mausoleo donde empieza
a existir el futuro, a hacerse piedra.

Nada aquí, nada allá. Son las palabras
del mago lejanísimo y borroso.

Sin embargo, la infancia se empecina,
comienza a levantar sus inventarios,
a echar sus amplias redes para luego.
Es una isla limpia y sobre todo
fugaz, es un venero de primicias
que se van lentamente resecando.

Queda atrás como un rápido paisaje
del que persistirán sólo unas nubes,
un biombo, dos juguetes, tres racimos,
o apenas un olor, una ceniza.
Con luces queda atrás, a la intemperie,
yacente y aplazada para nunca,
sola con su aptitud irresistible
y un pudor incorpóreo, agazapado.
Para nunca aplazada, fabulosa
infancia entre sus redes extinguida.


Por algo queda atrás. Esa entrañable
cede paso al fervor, al pasmo, al fruto,
el azar hinca el diente en otra bruma,
somos los moribundos que nacemos
a la carne, a la sangre, al entusiasmo,
nos burlamos del sol, de la penumbra,
manejamos la gloria como un lápiz
y en las vírgenes tapias dibujamos
el amor y su viejo colmo, el odio,
el grito que nos pone la vergüenza
en las manos mucho antes que en la boca.

El celaje se enciende. Somos niebla
bajo el cielo compacto, insolidario,
el asombro hace cuentas y no puede
mantenernos serenos, apacibles,
somos el invasor protagonista
que hace trizas el tiempo, que hace ruido
pueril, que hace palabras, que hace pactos,
somos tan poderosos, tan eternos,
que cerramos el puño y el verano
comienza a sollozar entre los árboles.

Mejor dicho: creemos que solloza.
El verano es un.vaho, por lo tanto
no tiene ojos ni párpados ni lágrimas,
en sus tardes de atmósfera más tenue
es calor, es calor, y en las mañanas
de aire pesado, corporal, viscoso,
es calor, es calor. Con eso basta.

De todos modos cambia a las muchachas,
las ilumina, las ondula, y luego
las respira y suspira como acordes,
las envuelve en amor, las hace carne,
les pinta brazos con venitas tenues
en colores y luz complementarios,
les abre escotes para que alguien vierta
cualquier mirada, ese poderhabiente.

La vida, qué región esplendorosa.
¿Quién escruta la muerte, quién la tienta?
A la horca con él. ¿Quién piensa en esa
imposible quietud cuando es la hora
para cada uno de morder su fruta,
de usar su espejo, de gritar su grito,
de escupir a los cielos, de ir subiendo
de dos en dos todas las escaleras?

La muerte no se apura, sin embargo,
ni se aplaca. Tampoco se impacienta.
Hay tantas muertes como negaciones.
La muerte que desgarra, la que expulsa,
la que embruja, la que arde, la que agota,
la que enluta el amor, la que excrementa,
la que siega, la que usa, la que ablanda,
la muerte de arenal, la de pantano,
la de abismo, la de agua, la de almohada.

Hay tantas muertes como teologías,
pero todas se juntan en la espera.
Esa que acecha es una muerte sola.
Escarnecida, rencorosa, hueca,
su insomnio enloquecido se desploma
sobre todos los sueños, su delirio
se parece bastante a la cordura.
Muerte esbelta y rompiente, qué increíble
sirena para el Mar de los Suicidas.

No canta, pero indica, marca, alude,
exhibe sus voraces argumentos,
sus afiches turísticos, explica
por qué es tan milagrosa su inminencia,
por qué es tan atractivo su desastre,
por qué tan confortable su vacío.

No canta, pero es como si cantara.
Su demagogia negra usa palomas,
telegramas y rezos y suspiros,
sonatas para piano, arpas de herrumbre,
vitrinas del amor momificado,
relojes de lujuria que amontonan
segundos y segundos y otras prórrogas.

No canta, pero es como si cantara,
su espanto vendaval silba en la espiga,
su pregunta repica en el silencio,
su loco desparpajo exuda un réquiem
que es prado y es follaje y es almena.

Hay que volverse sordo y mudo y ciego,
sordo de amor, de amor enmudecido,
ciego de amor. Olfato, gusto y tacto
quedan para alejar la muerte y para
hundirse en la mujer, en esa ola
que es tiempo y lengua y brazos y latido,
esa mujer descanso, mujer césped,
que es llanto y rostro y siembra y apetito,
esa mujer cosecha, mujer signo,
que es paz y aliento y cábala y jadeo.


Hay que amar con horror para salvarse,
amanecer cuando los mansos dientes
muerden, para salvarse, o por lo menos
para creerse a salvo, que es bastante.
Hay que amar sentenciado y sin urgencia,
para salvarse, para guarecerse
de esa muerte que llueve hielo o fuego.

Es el cielo común, el alba escándalo,
el goce atroz, el milagroso caos,
la piel abismo, la granada abierta,
la única unidad uniyugada,
la derrota de todas las cautelas.

Hay que amar con valor, para salvarse.
Sin luna, sin nostalgia, sin pretextos,
Hay que despilfarrar en una noche
—que puede ser mil y una— el universo,
sin augurios, sin planes, sin temblores,
sin convenios, sin votos, con olvido,
desnudos cuerpo y alma, disponibles
para ser otro y otra a ras de sueño.

Bendita noche cóncava, delicia
de encontrar un abrazo a la deriva
y entrar en ese enigma, sin astucia,
y volver por el aire al aire libre,
Hay que amar con amor, para salvarse.

Entonces vienen las contradicciones
o sea la razón. El mundo existe
con manchas, sin arar, y no hay conjuro
ni fe que lo desmienta o modifique.

El manantial se seca, el árbol cae,
la sangre fluye, el odio se hace muro,
¿Es mi hermano el verdugo? Ese asesino
y dios padrastro todopoderoso,
ese señor del vómito, ese artífice
de la hecatombe, ¿puede ser mi hermano?
Surtidor de napalm, profeta imbécil,
¿ése, mi prójimo?, ¿ése, el semejante?
Sindico en todo caso de la muerte,
argumento Y proclama de la ruina,
poder y brazo ejecutor. Estiércol.

Por esta vez no he de mirar mis pasos
sino el contorno triste, calcinado.
Miro a mi sombra que está envejeciendo,
la sombra de los míos que envejecen.

El mundo existe. Con o sin sus manes,
con o sin su señal. Existe. Punto.

El mundo existe con mis ex iguales,
con mis amigos-enemigos, esos
que ya olvidé por qué se traicionaron.


Tiendo mi mano a veces y está sola
y está más sola cuando no la tiendo,
pienso en los compradores emboscados
y tengo duelo y tengo rabia y tengo
un reproche que empieza en mis lealtades,
en mis confianzas sin mayor motivo,
en mi invención del prójimo-mi-aliado.
Ni aun ahora me resigno a creerlo.

No todos son así, no todos ceden.
Tendré que repetírmelo a escondidas
y barajar de nuevo el almanaque.

Mi corazón acobardado sigue
inventando valor, abriendo créditos,
tirando cabos sólo a la siniestra,
aprendiendo a aprender, pobre aleluya,
y quién sabe, quién sabe si entre tanta
mentira incandescente, no queda algo
de verdad a la sombra. Y no es metáfora.

Nada aquí, nada allá. Son las palabras
del mago lejanísimo y borroso.

Pero ¿por qué creerle a pie juntillas?
¿En qué galaxia está el certificado?

Algo aquí, nada allá. ¿Es tan distinto?
Lo propongo debajo de mis párpados
y en mi boca cerrada.
¿Es tan distinto?
Ya sé, hay razones nítidas, famosas,
hay cien teorías sobre la derrota,
hay argumentos para suicidarse,

Pero ¿y si hay un resquicio?
¿Es tan distinto,
tan necio, tan ridículo, tan torpe,
tener un espacioso sueño propio
donde el hombre se muera pero actúe
como inmortal?


Mario Benedetti - Chau número tres

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Frase del poema Chau numero tres de Mario Benedetti
Los mejores poemas y frases
de Mario Benedetti.


Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres
sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
seguro sin seguro
te dejo frente al mar
descifrándote a solas
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota
te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía
pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono
estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos
estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra
estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen
y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.




Mario Benedetti - Es tan poco

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La frase de la imagen NO pertenece
 a Mario Benedetti.


Lo que conoces
es tan poco
lo que conoces
de mí
lo que conoces
son mis nubes
son mis silencios
son mis gestos
lo que conoces
de mí
lo que conoces
es la tristeza
de mi casa vista de afuera
son los postigos de mi tristeza
el llamador de mi tristeza.

Pero no sabes
nada
a lo sumo
piensas a veces
que es tan poco
lo que conozco
lo que conozco
de ti
lo que conozco
o sea tus nubes
 o tus silencios
o tus gestos
lo que conozco
es la tristeza
de tu casa vista de afuera
son los postigos de tu tristeza
el llamador de tu tristeza.
Pero no llamas.
Pero no llamo.

Mario Benedetti - Memorándum

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Las mejores frases y poemas
de Mario Benedetti.


Uno llegar e incorporarse al día
Dos respirar para subir la cuesta
Tres no jugarse en una sola apuesta
Cuatro escapar de la melancolía

Cinco aprender la nueva geografía
Seis no quedarse nunca sin la siesta
Siete el futuro no será una fiesta
Y ocho no amilanarse todavía

Nueve vaya a saber quién es el fuerte
Diez no dejar que la paciencia ceda
Once cuidarse de la buena suerte

Doce guardar la última moneda
Trece no tutearse con la muerte
Catorce disfrutar mientras se pueda


Mario Benedetti - Domingo 17 de marzo

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Los mejores capítulos y frases del libro
"La Tregua" de Mario Benedetti.


 Si alguna vez me suicido, será en domingo. Es el día más desalentador, el más insulso. Quisiera quedarme en la cama hasta tarde, por lo menos hasta las nueve o las diez, pero a las seis y media me despierto solo y ya no puedo pegar los ojos. A veces pienso qué haré cuando toda mi vida sea domingo. Quién sabe, a lo mejor me acostumbro a despertarme a las diez. Fui a almorzar al Centro, porque los muchachos se fueron por el fin de semana, cada uno por su lado. Comí solo. Ni siquiera me sentí con fuerzas para entablar con el mozo el facilongo y ritual intercambio de opiniones sobre el calor y los turistas. Dos mesas más allá, había otro solitario. Tenía el ceño fruncido, partía los pancitos a puñetazos. Dos o tres veces lo miré, y en una oportunidad me crucé con sus ojos. Me pareció que allí había odio. ¿Qué habría para él en mis ojos? Debe ser una regla general que los solitarios no simpaticemos. ¿O será que, sencillamente, somos antipáticos?

 Volví a casa, dormí la siesta y me levanté pesado, de mal humor. Tomé unos mates y me fastidió que estuviera amargo. Entonces me vestí y me fui otra vez al Centro. Esta vez me metí en un café; conseguí una mesa junto a la ventana. En un lapso de una hora y cuarto, pasaron exactamente treinta y cinco mujeres de interés. Para entretenerme hice una estadística sobre qué me gustaba más en cada una de ellas. Lo apunté en la servilleta de papel. Este es el resultado. De dos, me gustó la cara; de cuatro, el pelo; de seis, el busto; de ocho, las piernas; de quince, el trasero. Amplia victoria de los traseros.


Mario Benedetti - La vecina orilla

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Los mejores cuentos y frases
de Mario Benedetti.


 Digamos Isabel está ahora como transfigurada. No se que le pasa. Está luminosa. O trasparente. La gran siete ¿me estaré enamorando? Ya perdió la transparencia, menos mal. Pero tengo que andar con cuidado. "Sí estoy viviendo en falso. Fíjate, yo no era así-. Era bastante mejor que esto. Vengo de una familia bien proleta. ¿Verdad que no parece? Hasta hace tres años mi viejo todavía trabajaba en la fábrica, y mi vieja cosía para las damas del barrio. Ahora no, porque yo gano bastante, les compré una casita y los ayudo. Aparte de que el viejo se jubiló. Y también mi hermano los ayuda. Es traductor simultáneo, gana bien. ¿Pero a que venía todo esto? Ah sí. Te decía que vengo de una familia proleta. Y por eso mi vocación de actriz, que si la tengo, no era para llegar a porquerías como ˜sueño real." [no es el título, ya saben] "Yo siempre quise ser actriz, pero el objetivo esencial era hacer algo útil, ayudar a que la gente entendiera cosas, y no a confundirla, como ahora lo hago. En el fondo también ayudo a confundirme."

 Digamos Isabel vacila. Se pone linda cuando vacila. Se interrumpe, y entonces tomo otro trago de Escocia, pero este es el último. "Sé que algún día tendré que tomar una decisión. Y esta será grave. Por que: o sigo confundiendo y confundiéndome, o me libero de toda esta mierda. No es fácil. Para vos puede ser fácil, por que estás en cero. Como dijiste hace rato, sos tu único equipaje. Pero yo he ido fabricándome tentaciones, y cayendo en ellas. Viste, te sentaste un cuarto de hora en ese mounstro, y cuando te pedí que vinieras a la alfombra, te costo abandonarlo. Todo es así. El confort es muelle, cada vez mas muelle, ablanda, aquieta, inmoviliza. Y si a pesar de todo te movés, es para ganar mas plata, a fin de conseguir mas confort. Ese mueblazo me lo compré para leer con comodidad. Pero debo confesarte que nunca lo he usado para leer sino para dormir la siesta. Que es para lo único que sirve, por que ni siquiera es bueno para hacer el amor."

 Sospecho que esto quiere decir algo, pero Digamos Isabel, no parece estar insinuando nada. ¿O estará insinuando y no me doy cuenta? ¿Por qué seré tan adolescente, Dios mío? Por lo pronto me sirve otro whisky, ya que ha dejado la botella al alcance de la mano junto a la alfombra. ¿Habrá querido decir que el mueblazo no sirve, pero la alfombra si? Decido mirar a Digamos Isabel, pero de pronto me doy cuenta que tampoco yo soy insinuante. Debe ser que el tema es demasiado grave. Le pregunto que la hace sentir tan mal en su trabajo. "Mirá, quizá sea la tremenda distancia entre lo que podría hacer y lo que efectivamente hago."¿Y por qué no lo hace, carajo? "Razón número uno: tengo miedo. Pero es un miedo bastante complicado. Incluye, por supuesto, el pánico a que me pongan una bomba o me secuestren o me amenacen o me maten. Mientras hago estas boludeces de ahora, estoy a salvo, porque no se me oculta que indirectamente colaboro con ellos, les sirvo. La cursilería como factor de alienación. Así tituló su ponencia un sociólogo amigo mío. Y el muy cínico me la dedicó. Pero hay otro miedo. Por ejemplo el del perder el nivel de vida, este apartamento, el confort, el auto, el mueblazo, la alfombra, el whisky escocés. Y te juro que no sé cual de esos dos miedos es el más importante; cual el que me frena y a la vez me liquida. Por que fíjate: yo podría elegir un punto intermedio, algo por lo menos decoroso. No creo que los ovarios me resistan para hacer teatro o recitales políticos, porque hoy en día eso te puede costar el pellejo. Pero sí podría hacer teatro o cine o recitales con textos decentes, textos buenos. Ya que no me animo a trabajar por la justicia y mucho menos por la revolución, podría trabajar al menos por la cultura."¿Y? "Pero así no se gana plata. Yo conozco esta mugre. Estoy en ella. Conozco cómo se fabrica un éxito. Te aseguro que es un asco."

Mario Benedetti - *Fragmento de La Vecina Orilla.

Mario Benedetti - Socorro y nadie

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Esta frase pertenece a la novela
"La Tregua" de Mario Benedetti.


Sólo un pájaro negro
sobre el pretil cascado
una línea de sol
en la reja de herrumbre
azoteas sin rostro
sin miradas
sin nadie

estúpido domingo
voraz
deshabitado

ahora se borra el sol
definitivamente
el pájaro se borra
y es un vuelo sin magia

como última señal
de vida
la camisa
oreándose en la cuerda
agita enloquecidas

blancas mangas
que reclaman socorro
pero abrazan el aire.


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